lunes, 27 de junio de 2011

Cuadro de Mando: la herramienta que puede "hacer la diferencia"

Al inicio de un nuevo mandato municipal, hay una serie de tareas obligadas para el nuevo electo que quiera preparar el terreno para un periodo productivo. Una vez formado el equipo (el político y el técnico) que pilotará el Ayuntamiento los próximos 4 años, y asegurada -tanto como se pueda- la mayoría que hará posible este liderazgo de la ciudad, se trata de concretar los objetivos de legislatura más allá de las vagas menciones que suelen conformar los programas electorales. A tal efecto, nada mejor que diseñar un buen Plan de Acción Municipal o equivalente.

Pero disponer de un mapa de ruta no garantiza en absoluto que posteriormente se cumpla. A menudo, las mil obligaciones del día a día, los imprevistos, y el cansancio y la inercia (por no hablar de los obstruccionismos interesados, internos y externos) se conjuran para dejar en simples intenciones fracasadas todos aquellos buenos propósitos iniciales. Y lo peor es que a veces uno toma conciencia de este drama cuando ya es demasiado tarde.

Afortunadamente, el remedio existe y se llama “cuadro de mando” -C.M-”. Un C.M no es otra cosa que un sistema para monitorizar el progreso hacia un conjunto de objetivos (preferiblemente conectados a un planteamiento estratégico), gracias a la definición de indicadores que miden el grado de consecución de cada uno de los hitos establecidos. Cuando esta herramienta tiene además un apoyo informático, es posible ir actualizando en tiempo más o menos real y de forma automática o manual el progreso que se va realizando. Así, si se detecta lentitud, frenadas o incluso retrocesos en el camino que se sigue, se activan las señales de alarma correspondientes y uno sabe que tiene que tomar medidas.

Por nuestra experiencia en diseño e implementación de cuadros de mando municipales, el proceso entero puede ser relativamente rápido -siempre y cuando se tengan claros los objetivos- y los beneficios suelen ser importantes. Con todo, tampoco es infrecuente el caso en que se dispone del instrumento pero no se alimenta regularment o no se saca suficiente provecho de él, porque desbloquear situaciones complejas y difíciles requiere de otro tipo de utillaje y competencias. Dicho esto, no hay duda que la inversión vale la pena, tanto si se aplica a nivel de Alcaldía como de una concejalía específica. Y ahora es el momento de hacer esta inversión, si se quiere que las prioridades del mandato lo sean realmente.